Por qué los medios de comunicación no cubren la crisis sociopolítica en Haití
Las violentas protestas han ido en aumento en los días previos al 7 de febrero, una fecha simbólica para los haitianos.
Las protestas se intensifica en Puerto Príncipe (Haití), donde se pide la renuncia del primer ministro, Ariel Henry. Foto: Siffroy Clarens/EFE
En la actualidad, el mundo se encuentra inmerso en un constante flujo de información, donde los eventos que marcan la realidad de diversos países son registrados y difundidos a nivel global. En este contexto, los medios de comunicación son actores relevantes en una crisis humanitaria, debido a que pueden movilizar recursos, visibilizar la crisis y, desde una perspectiva crítica, influir en la percepción pública.
Pero, ¿Quién define la agenda noticiosa de los medios de comunicación?, aunque no existe necesariamente una entidad que la defina de manera explícita, las rutinas periodísticas y la estructura interna de la redacción pueden ejercer una notable influencia en la elección de los eventos que se cubrirán y aquellos que no.
Indudablemente, la crisis humanitaria en Haití se presenta como una de las más férreas de las últimas décadas, afectando a más de 4,5 millones de personas que carecen de acceso adecuado a alimentos y enfrentándose a una violencia desmedida generada por las bandas. El asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, junto con la prolongada permanencia en el poder del actual primer ministro, Ariel Henry, a pesar del vencimiento de su plazo, ha sumido a Haití en una espiral de violencia, ataques y pérdidas humanas.
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Crisis de Haití ignorada por las industrias mediáticas.
En el contexto de una crisis humanitaria, resulta fundamental que las principales industrias mediáticas aborden los eventos para fomentar la conciencia social, estimular la acción política, movilizar recursos y, especialmente, visibilizar los acontecimientos para facilitar la intervención de organismos supranacionales. Sin embargo, durante las recientes protestas violentas en Haití, destacadas industrias mediáticas de países latinoamericanos, como El Clarín (Argentina), El Universo (Ecuador) y El Tiempo (Colombia), no han informado sobre estos eventos.
Contrariamente, se observa que medios como El Universal (México) han publicado noticias con sesgo, empleando titulares como «Protestas antigubernamentales en Haití dejan un muerto y varios heridos» y leads como «Los inconformes exigen la salida del primer ministro, Ariel Henry, antes del 7 de febrero». Este tipo de cobertura, además de ser parcial, puede influir en la percepción de la audiencia al etiquetar las protestas legítimas de Haití como «anticonstitucionales». Más allá de la manipulación de la información, es imperativo que las industrias mediáticas brinden noticias equilibradas, imparciales y objetivas.
En contraste, el Folha de São Paulo (Brasil) solo emitió una noticia el 28 de enero de 2024, abordando de manera sucinta el problema sociopolítico e institucional que afecta a Haití, sin proporcionar cobertura de las últimas protestas. Más allá de considerar los efectos colaterales de la crisis en Haití, como los desplazamientos forzados, la crisis alimentaria y los altos índices de violencia, los medios de comunicación no han abordado exhaustivamente la complejidad y las repercusiones de esta situación, dejando vacíos informativos cruciales que son esenciales para una comprensión completa de la crisis haitiana.
Persiste la situación crítica
Si los medios de comunicación no informan adecuadamente sobre los acontecimientos o dejan vacíos informativos, existe el riesgo de que la crisis en Haití se intensifique a niveles inimaginables, dificultando la intervención completa de la ayuda internacional.
Además, la falta de conocimiento público sobre estos sucesos podría generar una disminución en la sensibilización y la comprensión global de la situación en Haití, obstaculizando la movilización de recursos, la solidaridad internacional y la implementación eficaz de medidas para aliviar la crisis humanitaria. Asimismo, la ausencia de cobertura mediática podría permitir que líderes políticos no electos democráticamente continúen en el poder, prolongando la inestabilidad y el sufrimiento del pueblo haitiano.